lunes, 10 de septiembre de 2012

Cronica de un comienzo


Pensé que todo había terminado cuando en realidad apenas había comenzado. Varias veces me sentí acabado, prendido fuego, hecho polvo… y luego comenzaba a respirar, entre agitado y apacible, aleatoriamente otra vez. Y eso, un poco lo llevo en la piel, en la sangre, un símbolo, un fénix. Y es que creo que nunca acaba la cosa. Siempre comienza algo nuevo y nuestros horizontes tornan vecinos, cercanos. Todo lo que creemos distante, imposible, sueños, deseos, metas… siempre llega. Sean estos cinco kilómetros, diez o cien; corriendo o caminando se alcanzan si se quiere recorrer el camino. Ahogado, muerto, sepultado… propiamente desintegrado. Pero siempre las lagrimas y las risas fueron remedio, en ese orden. Limpian hasta el más profundo interior de mi alma y de la tuya y la vida comienza una vez más. Los espacios vacios de acordes o letras se funden en una amalgama de tinta y fraseos nuevos que llenan páginas en blanco en lento ardor corazón y la música sigue. Las letras se suceden una tras otra, casi solas, si no fuese porque fluyen a través de mí que soy su puente con mis dedos… porque el show siempre continúa. Todo sigue adelante, incluso nuestros corazones. Son los primeros que no dejan de bombear sangre e ideas, oxigeno y pensamientos, sentires lejanos y cercanos. Son acciones indescriptibles, inexplicables. Abren nuestra cabeza y alma al infinito y eso es imparable. Nos convertimos a diario. Renacemos a diario. Tenemos la posibilidad real de ser otro sin dejar de ser uno. Podemos ser héroes, cobardes, justos, traidores, fieles, cielo e infierno. Eso es lo que nos hace viejos. Eso nos hace buenos o malos, aceptables o inaceptables. Eso que te da los años pasados y venideros.  Del dolor aprendemos y con el dolor morimos, pero también nacemos del dolor y renacemos con lágrimas en los ojos y el corazón a flor de piel. Por eso, por más profunda que sea la herida, debes saber que no es en vano... debes saber que si aun respiras es porque tienes vida en tu cuerpo, en tu mente, en tu alma. Una herida no es más que una arruga mas a tu cuerpo que no deja de crecer, de madurar, de ser. Ahora levántate!!! Los sueños están ahí, hoy más cerca que ayer y más lejos que mañana, esperando que juntes el valor para vivirlos y así, solo así, hacerlos tu propia e irrefutable realidad. 
Sueles pensar que todo ha terminado… cuando recién esta comenzando.