lunes, 19 de diciembre de 2011

Sería un Tonto


Sería un tonto si no disfrutase mi vida. Sería un insensible si no quisiese al amor. Estoy vivo para vivir. Podría sentir nuevamente que estoy vivo para morir. Podría sabotearme alegrándome de mi soledad. Sería un insensible si no llorase por felicidad o por la belleza de una pieza musical, por una pintura, por una sonrisa, por otra lágrima o cualquier representación sublime de la realidad de otro mundo más allá del mío. Y aquí estoy. Renegué de mi vida, ignoré al amor, amé mi soledad, viví infeliz. Pude alegrarme por casi morir, entregarme a los vicios y olvidar, cegarme y dejar al dolor oculto bajo mi corazón sangrante, mi propio corazón delator. Pude renunciar y vaciarme de una sola vez. Pero aquí estoy, feliz por vivir, purificando mi cuerpo, amando mi vida, con dolor aunque lleno de placer por mí mismo. Oda egoica hacia mi propio placer de ser quien soy. Poco importan hoy los otros mundos porque mucho importa mi mundo. Y es por eso que mucho importan otros mundos. En la ironía de los opuestos crecí, en la macabra y delgada línea de los extremos sigo caminando. Casi sin pensar siento mi alma buscando un centro y encuentro el final de una cuerda que puede ser un inicio. Entonces lloro, porque mi naturaleza me lo dicta. Lloro porque no entiendo por qué veo el fin tan solo al comenzar, pero comprendo que el inicio y el fin no son iguales para mí que para otros. El dolor se disipa cuando de mí se despliega la tormenta. El dolor cesa luego de la lluvia de lágrimas que mojan mi tierra y la nutren para que florezcan nuevos retoños, nueva naturaleza, nueva vida. Entonces veo el comienzo de una nueva selva, de un nuevo jardín, de una nueva realidad y la amo. Decido vivir, decido amar. Decido renacer. El sol salió puntual en un día despejado de primavera.
Sería un tonto si una lágrima no mojase mi mejilla ante tanta belleza.
Pero no todo es dolor, no todo es lágrima en esta vida plena de sensaciones y emociones plenamente humanas. Y diciendo humanas digo espirituales, digo mentales, digo experiencias sensacionales. Los días van marcando el curso del rio por el que transitamos, a veces nadando, a veces arrastrados por la corriente, otras veces algo estancados. Son momentos. Son realidades. Son presentes que debemos saber sortear o disfrutar, dependiendo de si son “presentes obstáculos” o “presentes regalos”. Y es que así como el fluir de las vidas no para, podemos trazar el paralelo con el universo que nos rige. Es de tontos querer detenerlo. Los opuestos son simples puntos de partida. Son lugares de donde comenzar y donde terminar. Lugares ficticios en una emoción que puede o no ser virtual. El amor y el odio. La estima y el desprecio. La acción y la apatía. El perdón y el rencor. Es la eterna guerra contra la búsqueda de paz interior la que nos lleva por todos esos campos de batalla donde no sabemos muy bien cuáles son los límites hasta que lo pagamos con nuestras propias dolencias o enfermedades. El veneno que nos corroe por dentro, el veneno de la rencorosa acción de querer ver al otro corroerse. “No perdonar es como tomar un veneno y esperar que la otra persona muera” (Ghost Wishperer). Disfrutar de quienes somos en paz requiere experiencia. Requiere años de vida y de experiencias que nos lleva a tener los valores de respetar a quien nos rodea como nos respetamos a nosotros mismos. Inclusive esto requiere una gran maduración humana. Enseñémoslo a los pequeños. El respeto propio no suele verse a menudo, ni siquiera en quienes lo predican.  El sentido común, dicen, es el menos común de los sentidos. Pero tengo fe, una fe ciega de que esto puede cambiar si cada uno de nosotros hacemos “mea culpa” y aprendemos a vivir en comunidad y enseñamos a las nuevas generaciones. Siempre va a haber una música para cada uno, un equipo favorito, un movimiento político o una religión. Es el libre albedrío, la libre elección, es la libertad que todos tenemos. Siempre que no se rompa esa delgada línea de tolerancia, seremos libres de sentirnos como queramos. Hay tantas cosas vividas y por vivir que el presente suele perderse en la idea de lo que nos gustaría que fuese. Pero todos seriamos unos tontos si no aprovechásemos la oportunidad de, de un momento a otro, comenzar a hacer las cosas como corresponde. Sin mala leche, sin mal augurio, querer el bien por el bien mismo. Sabe que después lo cosechamos, en vida, siempre, lo bueno y lo malo. Todos seriamos inhumanos al no saber respetar los ideales de quienes nos rodean. Todas las fuerzas del universo tienden a la armonía superando el caos. Mundo, la adrenalina se puede sentir de otras maneras. Debemos dejar de ser discapacitados emocionales y comenzar a respetar a quien nos puede dar una mano. Siempre es hora. Siempre es ahora. Eso no va a cambiar. Solo debemos elegir mejor nuestras palabras, la dirección de nuestras acusaciones, la dirección de nuestros actos. Sería un tonto de verdad si no supiese contemplar la belleza del entendimiento supremo. ¿Y tú?

viernes, 16 de diciembre de 2011

Bienvenidos al circo de los idiotas

Antes que nada:
Según la Real Academia Española:
Idiota:
(Del lat. idiōta, y este del gr. ἰδιώτης).
1. adj. Que padece de idiocia. U. t. c. s. (Idiocia: que padece de idiotez, idiotismo)
2. adj. Engreído sin fundamento para ello. U. t. c. s.
3. adj. coloq. Tonto, corto de entendimiento.
4. adj. desus. Que carece de toda instrucción.


Aquí, donde los idiotas gobiernan, donde son manos derechas de jefes idiotas y donde dominan empleos y vidas diarias. Gente que razona con el culo por lo que nos hacen flotar en realidades de mierda surgidas de sus ideas de mierda. Un jefe que agrega horas de trabajo cuando el trabajo merma. Encargados que defienden intereses ridículos surgidos de estadísticas de Excel y que quieren volcar a realidades humanas a las que llamamos humanos y que tienen familia e hijos. Y estos idiotas pretenden quitarnos las horas de vida de las manos y restregárselas en su miseria a cambio de nada. Son explotadores ladinos, fríos, inescrupulosos… idiotas peligrosos. No dejo de recibir información sobre estos individuos manejando enjambres de nuevos idiotas incapaces de abrir la boca, incapaces de expresarse por miedo, por necesidades comprensibles, por costumbre, por excusas, por crisis. Nuevos idiotas del futuro capaces de manejar empresas por ser un gran idiota, mano derecha de un gran gran idiota. Y así nos vemos rodeados los dos o tres que quedamos fuera de esa ecuación solo por pensar un poco más lógicamente, por poder evaluar prioridades y necesidades. Por poder ver más allá de la vista nublada de un idiota que no tiene idea de por qué ni cómo llegó a donde está… pero que está, y está protegido. Entonces es cuando tengo ganas de gritar y me pongo iracundo y quiero correr lejos de esta pseudo-gente, tengo ganas de volar lejos y encontrar mi enjambre de gente pensante que actúa naturalmente y por lógica. Un lugar donde uno más uno es dos y no cinco o siete de acuerdo a la comodidad de quienes solo piensan en sí mismos y no saben lo que es un equipo. Es gente que no sabe que si dos, tres o más personas tiran hacia el mismo lado, todos se verán beneficiados… incluido él mismo! Pero no… el idiota solo quiere tiempo libre para él, se agota con facilidad… no entiende mucho… bueno, pocas veces entiende algo y la mayoría de las veces no entiende nada… y cuando entiende se hace el que no… se hace el idiota. Que ironía… con lo idiota que es! Y estamos rodeados… pero muy rodeados de gente que mira hacia un lado en lugar de entender que las cosas pueden ser mejor con un mínimo esfuerzo. Es así que quedamos dos o tres haciendo el trabajo de diez. O uno haciendo el trabajo de tres. Pero lo peor es lo que ya dije… los encargados y jefes también pueden ser idiotas… o hacerse los idiotas… que ironía… con lo idiotas que son! ¿Y saben qué?… esto no tiene fin… al final, de tanto escribir la palabra me estoy quedando idiota… qué ironía! Con lo idiota que soy! Si no lo fuese, la verdad… no dejaría estos cinco minutos de mi día para escribir sobre ellos. Lo bueno es que me sirve como catarsis literaria de la bronca de la que me llenan con solo una mirada. Ayer mismo le dije a una amiga: “Ningún imbécil (que es casi como un idiota) merece tanto la pena como para arruinarme ningún día!!! y tampoco a nadie...” Aunque cinco minutos para descargar son mejor que quedarse con la mierda todo el día!
Sean ustedes bienvenidos, Ladies, Gentlemans… al Gran Circo de los Idiotas! La vida diaria… si no me crees… solo debes mirar a tu rededor en el curro, en la calle… en la vida diaria de cualquier ser pensante… de esos… de esos quedamos pocos!

martes, 13 de diciembre de 2011

Imagen y Semejanza


La putada de Dios fue poner un espíritu dotado de razón, tal vez el espíritu más completo de todas las formas de vida de este planeta, en un vehículo animal. Y digo Putada de Dios porque no dejo de ser un humano gilipollas. Pero por lo menos me planteo algunas cosas: ¿De dónde salen todas esas dudas, esos deseos inconexos y todas esas angustias por no poder ser quienes “sentimos” que debemos ser? ¿Por qué queremos inconscientemente más de lo que podemos apreciar os disfrutar? ¿Desde cuándo, y me refiero a toda la historia de la creación, un animal pudo pensar? Es que somos los únicos. Está claro que hay gente que tiene más contacto y consciencia con/de su parte animal; y viceversa. Es que hay de todo en este mundo. Y cito a Dios como ese ente energético que da vida a todo lo creado, y que mantiene vivos todos los aspectos de su creación. No me importa el nombre, la religión o el credo. Mucho menos (y remarco: Mucho Menos) los intermediarios. Cuando enferma la razón pueden pasar varias cosas, entre ellas la locura. Hay algunas que se detectan de acuerdo al entorno social en que viven los individuos pero hay otras, las más peligrosas, que son las que se aprenden. Son razones construidas por una razón enferma y que pasan de generación en degeneración por milenios. Por ejemplo, las religiones… y ahí volvemos a los intermediarios. Un grupo de ente creando a propio interés mandamientos limitantes y restrictivos de la naturaleza humana. Una biblia que habla sobre la ira implacable de un dios rencoroso y vengativo, quemando tierras enemigas y demonios no creyentes. También es un buen ejemplo el fundamentalismo religioso. Armadas de hombres capaces de matar y de morir por una idea que poco tiene que ver con la esencia espiritual de aquello que genera la idea. Y es que hay un corte de conexión entre la idea y la esencia de esa idea. “Dios es amor, matemos en nombre de dios”. “Guerras Santas”. Miles de vidas de dios muertos en su nombre por el mismísimo humano. Que yo sepa, ningún ser humano tiene la categoría espiritual suficiente como para decidir sobre la vida y la muerte. Hay genocidas mentales que provocan suicidios masivos con una idea errónea de lo que puede ser la espiritualidad. De todas maneras, no me preocupa tanto la realidad de que haya de esos personajes como el hecho también real de que haya tanta gente que los sigue. Dios está en todas las cosas. Seguramente también haya una razón para que esto pase y que escapa a nuestro terrenal raciocinio. Él es y esta en todas las personas. En todos los animales. En todas las formas de vida y de muerte también. Es amor. Y no creo que la guerra sea una demostración pura de amor y afecto al prójimo. Sí, estoy siendo sarcástico.
No pienso hablar de todas las maneras de enfermedad de razón que hay porque hay muchas que desconozco y otras de las que no podría hablar por abominables que son. Lo que si quiero mencionar es el hecho de que al no estar espiritualmente conectados con la fuente, se deforman las ideas de los valores buenos o malos. No es un juicio lo que estoy tratando de hacer. Es simplemente un llamado de auxilio a todos esos espíritus dormidos en vehículos de autodestrucción masiva. Creo que en el fondo, el humano es consciente de lo que debe hacer o no, de lo que está bien o mal. Lo único que debe hacer es escuchar a su corazón. Lo dijo el principito, lo dijo Ami, lo dijeron miles de seres mitológicos, mitad humanos mitad dioses y creo que hasta lo dijo Alf antes de decir: “No Hay Problema”. La cuestión es simple. El hecho de que haya tanto espíritu dormido y de que tanta gente actúe mas con el vehículo que con el chofer, está haciendo que esta tierra nos quiera quitar de encima. Es una preocupación que debe afectarnos a todos los mortales de este mundo. La falta de consciencia cósmica va a provocar daños astronómicos. Y ya lo está haciendo. En todo el mundo hay más movimientos que nunca. La capa de ozono está hecha mierda. El calentamiento global no para. Los climas están modificados. Ya no hay primavera ni otoño. Hoy ya hace mucho tiempo que veía y sentía esos cambios paulatinos perceptibles a los sentidos de un niño. Treinta años son mucho tiempo para mí… pero para la tierra no es más que una fracción de segundo. Y el cambio es grave. Dicen que en el 2012 reventamos. Bueno, puede ser… pero no de la manera que todos creen. Creo que va a ser un cambio más de consciencia que físico. Algo está pasando. La semejanza está cobrando vida en todas nuestras imágenes. Y es que Dios juega a los dados con nuestras existencias. Está comprobado físicamente. Y se divierte viendo cómo nuestras raras cabezas tratan de dilucidar cómo es posible que sus dados tengan siete caras. Quiero decir, la esencia de dios no nos será revelada. Deberemos hacer lo posible con nuestras consciencias para poder entender el por qué de esta vida. Y dudo que sea la mayoría quien encuentre respuesta. Pero por lo menos saber que hay cosas que no se hacen. Hay cosas que no se piensan. Hay cosas que no se desean. El cambio espiritual va ser drástico en su selección. Los desastres naturales están advirtiendo al hombre cuán poca cosa es en comparación con la inmensidad. Tal vez sea que lo eterno se manifiesta en extensiones gigantes para nosotros, simples transportadores de esencia eterna. Somos todos parte del todo. Somos todos parte. Somos uno. ¿Pero qué cojones tienen en la cabeza? ¿Por qué me siento extranjero en mi propio mundo? Es que las cosas que pasan y se ven a diario no tienen explicación alguna. No hay derecho a ser más que nadie. No hay derecho a no escuchar, a no ver, a no sentir. Y sin embargo, este puto mundo se va a la mierda porque la gran mayoría no encuentra la llave de contacto. La verdad me fastidia sobremanera ser un simple mortal. Mi espíritu está que explota en este lugar que eligió antes de caer. Tantos caídos queriendo una explicación. Tal vez la misma… la misma para todos. Y sabemos que no la vamos a tener. Entonces, entre toda esta maraña de sentimientos encontrados, ¿por qué no hacer lo primero que sabemos que está bien? Lleva exactamente el mismo esfuerzo, la misma cantidad de energía. Hasta quien tiene la razón enferma sabe que hay cosas que no son amor. Hasta el más perjudicado tiene chispazos divinos, porque lo divino se ve, se siente, se palpa. Todos tenemos acceso. Todo demonio es parte de este universo que todo lo ve, lo sabe, y lo ríe… tirando una mano de trece dados con siete caras. ¿Quién puede ganar este juego?

viernes, 9 de diciembre de 2011

Caminando Recuerdos (para leer con el video de bajofondo... de fondo)

http://youtu.be/Xk3vW6tVhwM

Salgo a caminar desde el recuerdo. Las hojas secas crujen mi andar desaforado por las calles porteñas bajo el sol de un día frio.  El smog adormece el olfato y metaliza la saliva. Sigo caminando, casi corriendo, queriendo dejar atrás las preocupaciones, las historias pasadas, los fantasmas que atormentan una cabeza pensante. Quiero quemar las ideas ficticias de una realidad que no fue. Quiero despertar del sueño de siete años y comenzar a ser yo. Así fue. Así era hace unos años. Camino desde el recuerdo y la nariz congelada por la humedad gélida se funde con la música que desprenden los auriculares entre melodías obscenas y violentas, tranquilidad sinuosa de un presente que se recuerda ya lejano. “Ya no me da pena dejarte un adiós”. Los minutos pasan como copos de nieve que explotan al tocar el suelo helado de Nunhead. Las historias se cruzan y me veo sonando un acordeón en un bodegón oscuro de la boca. Deseos fugaces que desaparecen en el candor de los segundos mientras mi mente sigue buscando situar el presente real entre tantos pensares. El fuelle hace mella en mi pasión y me concentro al cruzar Corrientes y Callao. El caos arremete contra mí mientras lo que busco es paz. Casi corro para llegar a cualquier lugar mas tranquilo. En Paseo Colón hay más verde. Vuelvo a pisar mas hojas por L.N.Alem y la mente alcanza la blancura normal de quien se tira al pasto y se pierde en el celeste del cielo. Las nubes como copos de azúcar gigantes endulzan mis recuerdos. Las historias se cruzan, el copo se tiñe de rosa y me veo regalando un beso a quien lo come en canarias. Los años pasan y mis cabezas se pierden en los tiempos. Vivo el presente y de vez en cuando me pierdo en el remolino de pasados que mis arrugas han surcado. El correr del tiempo deja marcas imposibles de borrar en esta y cualquier encarnación. Recuerdo el sur y su gente. Recuerdo Sarandí y su amor incondicional. Recuerdo Caballito y las promesas indefinidas que no pudieron ser. Recuerdo el templo budista y las amistades rotas. Recuerdo una vida llena de emociones. Una vida llena de vida. Nuevas amistades. Nuevas ilusiones. Todos son parte de mí, de lo que soy. Recuerdo Moreno ocho siete siete y todo lo ocurrido en esa esquina. Poca gente salió airosa de mis juicios finales. Recuerdo las charlas de lectura con una desconocida que no era más que una posterior amiga. Las sesiones de charlas interminables y gustosas con la inglesa. La única persona que conocí en persona en argentina gracias a internet. La amiga del alma que me dejo el Fotolog. La gente de paso. La gente que queda. La gente que me ha visitado en el mundo y la que quiso hacerlo. Y es que los humanos somos ríos que fluyen y vemos pasar hogares, arboles… sufrimos sequias, inundaciones… morimos o nos hacemos océano. O ambas cosas. Re-cuerdos re-locos brotan en mi consciencia. Entonces veo que mi cabeza vuelve a bajar de esos copos de nieve y retorna al presente lejano de mi pasado en Plaza Francia. El zoológico de personas es infinito. Hippies, drogatas, chics y turistas se funden en una fauna digna de conocer y que se repite en recónditos lugares al través del globo. Un viejo toca un violín más viejo que él y ambos suenan deliciosos en melodías clásicas imposibles de olvidar. La Traviata o Carmen reviven en los oídos y las emociones de quienes van y vienen en esa tarde de domingo junto al cementerio que abraza a todo aquel a quien le llega la hora de renacer. Entiendo idiomas que nunca hablé antes. Debo hacerlo. No es difícil. El humano, este donde este no se diferencia tanto por los idiomas como tampoco por sus habitudines. Sea lo que sea lo que hay detrás, un castillo, una plaza, un campanario colonial español, un cementerio o Notting Hill, siempre es igual. Uno se gana la vida detrás de la barra, otro compra lo que le gusta. Ferias. Mi Buenos Aires querido viaja conmigo y lo veo estampado en todos como si fuese una marca registrada de uso de gente, sea cual sea su origen. Un coche me sobresalta. Es que el verdadero presente se hace patente y me encuentra golpeando mis dedos en estas teclas negras que delatan mi amor y mi desesperación, mi tranquilidad y mis broncas. A través de ellas les hago llegar a todo quien me conoce y me quiere leer lo que tengo dentro y grita por salir. Las sensaciones de perderme en mi mismo y mis tiempos dejan dibujada en mi facción más actual una sonrisa. A pesar de todo dolor, la felicidad se hace sentir al final. Siempre que sepamos que morimos a cada segundo un poco, vamos a sentir esa sensación dulce de haber hecho lo correcto. Quien no sienta esa sensación es que aun no ha terminado de encontrarse. Mis recuerdos han traído viejos climas al presente, mi presente. Hoy está fresco en una isla que busca el sol en medio del océano atlántico. 

jueves, 1 de diciembre de 2011

Vidas a Prueba

Mi corazón vibra, mi corazón va al galope esta tarde previa al invierno, previa a mis treinta y seis, previa a los fuegos de artificiales... fieles representantes de un año de artificios. No por ser artificial, no para mí. La burbuja de vida vieja ha quedado años atrás en el pasado. La burbuja atemporal que guardaba mi ser en su primera vida rompió aguas y dejo que me modelara nuevamente. Mis ojos cobraron la chispa otra vez. Los días se iluminan a diario aunque me aburra o llueva. La historia es otra. Esto recién comienza y todo a mi rededor cobra una vida que no tenía. Me siento bien. Suena bien. Mis dedos tiemblan al escribir y mi mente reposa en algún lugar que desconozco mientras las cosas salen de lo más profundo de mí. Aprendí a perdonar y lo desaprendí también. Vuelvo a estudiarlo a diario y no siempre apruebo la maldita materia. Las historias pasan a mi lado dejando que la mía se pasee a su aire y yo lo disfruto, lo gozo, lo deseo. Y me vuelven a joder por boludo, pero vuelvo a levantarme y a trabajar el perdón. Depende el día puedo llegar a aprobar con creces como lo haría un monje guerrero, otros días me enveneno en lo más profundo de mis rencores y odio con fuerza, tanta fuerza como he aprendido a amar. Y lo digo sin temor. Y lo siento sin temor. La vergüenza es agua filtrada en algún grifo submarino. Tiento al futuro a llenarme de sonrisas y billetes. A aprobarme el amor que hoy se sentir y que sentiré mañana porque mañana también será un hoy que aun no conozco. Pocas cosas hay seguras en esta vida y esto, irónica-mente, es la prueba de que casi nada es seguro. Lo que si es seguro, es que cada uno cosecha lo que siembra, cada quien recoge sus cosechas en esta vida. No es necesario esperar. No es preciso aguantar. Todo lo ve el gran ojo que es el ojo del comité universal de nuestros actos y si es sangre, sangre se cobrará. Si son risas, felicidad nos dejará. Las historias que se viven, que vives, que vivo cada día son reflejo de nuestros propios sentidos y sentires pasados. Todo lo que hoy tenemos lo hemos pensado. Y debo haber pensado y soñado muy bien para estar hoy donde estoy. Puedo escribir una canción o una poesía, un ensayo o una novela. Puedo componer una melodía o provocar un huracán de acordes con solo sentarme junto a mi guitarra. Todo es parte de mí. Todo es parte de ti. Las buenas y las malas irán contigo hasta que la muerte te separe de tu cuerpo, de esa comunión, de ese compromiso que tomaste al nacer. En la salud y en la enfermedad, si, contigo mismo y con tus malatías. Las ideas “son” ideales al momento de creerlas, y se hacen “reales” al momento de ejecutarlas. Las miserias y las riquezas no hacen más que formarte en la ilusión que portas en tu cuerpo desde el momento que empiezas a respirar hasta la última exhalación. La muerte es tan parte de tu vida como el nacimiento. Pocas cosas hay seguras en esta vida… el principio y el fin también son unas de ellas. No sabemos cómo y cuándo, dónde, por qué… pero esas cosas pasan en tu lugar, en tu momento, como una chispa que se enciende y se apaga. Lo que nunca sabremos es el por qué. Por lo menos mientras nuestros ojos se vuelvan a abrir. Sigo practicando el perdón, sigo intentando jugar conmigo y sé que hoy estoy perdonado. Sigo intentando creer que puedo soportar a quien me la juegan sin juzgarlos ni condenarlos. Sigo intentando probar a quien me pone a prueba. Sigo viviendo esta vida donde uno, por más que esté en su mejor día puede cruzarse con un ciego que tratara de joderte el momento. Pero no importa. Las vistas desde arriba de las nubes le dan a uno la sensación de “no pertenencia” a ningún lugar. Una sensación de que nada importa, excepto el amor. El propio, y aquel que compartimos con quienes elegimos amar. Cada día nos levantamos, nos lavamos los dientes, desayunamos y comenzamos la prueba de esta vida que pasa solo ahora, en este instante… y nos dormimos para seguir viviendo del otro lado, mientras el cuerpo se nutre y regenera. ¿Milagro? Quien no crea en ellos véase despertando cualquier mañana. Y si tuvo la gracia de volver a su cuerpo es que la vida aun le pone a prueba. Nuevos latidos. Nuevas miradas. Nuevas sonrisas. Nuevas palabras. Nuevos amores. Nuevos desencantos. Nuevas esperanzas. Nuevas lágrimas. Nuevas bocanadas… nuevas ideas. Nuevas aspiraciones. Nuevas divinidades que se hacen viejas al segundo siguiente. Mantenerlas está en la capacidad de todos. La voluntad. La facultad de ejercerla. Y tú te preguntas cuál es la prueba. Si la vida eres tú… La prueba eres tú. No te decepciones… solo eres otro más… parte de este juego… otro grano de arena en esta playa que se baña de sal cada mañana. Solo eres otra vida de todas estas vidas a prueba.